Una pérdida absoluta de tiempo. Nadie va a pararse en una intersección si no hay un policía para detenerlos. Como todos los grandes saltos en la historia, la llegada de las señales de tráfico a principios del siglo XX no fue bien recibida. Corría el año 1915 y Detroit, la cuna industrial del automovilismo, instaló la primera señal de Stop de la historia. Claro que no era la que hoy conocemos.
Un acaudalado nativo de Nueva Inglaterra llamado William Phelps Eno diseñó un cuadrado con letras negras sobre fondo blanco de 60×60 cm para ser colocado en lo alto de las intersecciones. Pero nadie lo tomó en serio hasta una década después. Eno nunca llegó a conducir; desconfiaba de los coches. Actualmente se le considera el padre de la seguridad vial.
El caos del nacimiento de la automoción
Si nos ponemos en situación, a principios del siglo XX la circulación en las urbes era una auténtico caos, no solo las calles eran completamente repugnantes e inmundas, sino que también había caballos y bicicletas, y era completamente caótico”. Ni siquiera la policía sabía cómo gestionar los frecuentes embotellamientos que se producían, unidos a frecuentes discusiones y peleas.
La primera señal de STOP
El acaudalado vástago de una familia de Nueva Inglaterra, llamado William Phelps Eno, publicó en 1900 un artículo titulado ‘Reforming Our Street Traffic Urgently Needed’, en la revista Rider and Driver. En el escrito propuso colocar en las intersecciones señales de Stop, pero no tendría la forma octogonal que conocemos hoy en día: era un cuadrado blanco de unos 60×60 cm con letras negras.
Tras este despertar, en 1911 se pintó en una carretera de Michigan una línea continua; en 1915, Cleveland recibió el primer semáforo gracias a otro pionero llamado John Peake Knight y a Detroit se le atribuye la instalación de la primera señal de Stop, con la mencionada forma cuadrada.
¿Y por qué se eligió el rojo? Esta cuestión tomó algo más de tiempo, pues no fue hasta 1935 cuando los ingenieros de trafico crearon los primeros estándares, recogidos en el ‘Manual on Uniform Traffic Control Devices’ (MUTDC). Tenia 166 páginas, y recomendaba una señal de Stop blanca con letras negras.
No fue hasta 1950 cuando comenzó a extenderse un material reflectante de color rojo y duradero. Un color con un poder inherente para apelar a la obediencia y al estado de alerta. Hoy en día las señales viales que conocemos en España comparten el mismo diseño que otro 65 países de Europa, Asia y África.
Son las naciones que han asumido los dictados de la Convención de Viena sobre Señalización Vial de 1968, pero Estados Unidos no sigue este modelo; como hemos señalado sigue el MUTDC.
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